Erase una vez, hace muchos muchos años... un cachorrito de apenas un mes al cual llevaban en una mochila a la facultad de veterinaria. Era un cachorrito abandonado, con una infección en el ombligo y la chiquilla que lo sacó de la protectora... pues lo llevaba en la mochila. Y esa chiquilla, con toda su buena voluntad, pues no sabía cómo cuidarlo (hace 20 años no se sabía lo que se sabe ahora)... y el cachorrito empezó a ponerse malito, porque un yogourth entre clase y clase... pues no eran maneras...
Un día se encontró, una tal Esther, entonces en segundo de carrera, a la chavalita de primero, llorando, con el perrito en la mochila, y se comprometió a ayudarla... y unos cuantos compañeros haciamos turnos para cuidar, saltándonos clases, al pobrecito "Centro" que entonces se llama ba así... pero el pobre cachorrito cada día empeoraba más y más, y la susodicha Esther se lo llevó a casa...
Y el pequeñín, tan tan pequeñito, aguantaba como podía... pero no estaba bien... lo llevamos, en la facultad, a que lo vieran los "superveterinarios", para nosotros, alumnos novatos , eran el no vá más... y recuerdo, cómo miraban a mi pequeñín y decían: "uy uy, fatal, tiene moquillo, se muere sin remedio", y le ponían suero y muchas, muchas inyecciones, y mi pobre cachorrito no podía tenerse en pie.
Un día, monté el pollo en casa y dije que me quedaba al cachorrín.... y tras muchas lágrimas, me lo quedé... hombreeee, vaya si me lo quedé... y fui a consulta a la facultad y en recepción le cambié el nombre, le puse "Willie", y me dijeron "trae mala suerte cambiar el nombre a un perro..." , pero le puse Willie, Guille para mí y mi precioso perrito desde entonces.
Novata como era yo, me dijeron q tenían q operar a mi Guille de una hernia umbilical, y yo les dije q era el suero q se le había bajado a la tripita... que no que no q hay q operar y tan pequeñito.... PUES ERA EL PUTO SUERO EN LA BARRIGA!!!!! ME CAGUÉ EN TÓOOOOO, me sirvió para q a día de hoy me fie un huito de mi instinto... y ains... modestia aparte, poquitas veces , casi ninguna me ha fallado.
Willie, superó su moquillo, nos costó mucho mucho, hoy en día dudo ese diagnóstico, mi perrito estaba tan tan débil q un moquillo lo habría matado seguro....fue todo un caso de mala nutrición, infección umbilical y mil cosas más.
Cuando dieron de alta a Willie, casi me muero, de alegría y de tristeza porque aún había problemas en casa por quedármelo.... mientras estaba malito....todaviá.... pero sano.... Recuerdo a Lola, la profe, cuando me dió el alta: mira Esther, no me lo creo, pero no hace falta que volváis más... está perfecto... no se lo creía no... mi cachorrito había sobrevivido.
Mi Willie, volvió al poquito, cuando tenía tres meses, a la facultad, había cogido sarna... se quedó en un pellejo, recuerdo q le ponía un jersecito de cuando YO era bebé para q no tuviera frío... menuda pinta...!!! menuda paliza a bañarle, secarle, bañarle.... y en la facultad.... le miraban al pobre como a un bicho raro...tampoco iba a superar eso, su sistema inmune bla bla bla... y bla bla bla... "Willie" lo superó. Of course.
Mi pequeño cachorrito siguió creciendo, muy feliz, con mis otros perros. Siempre fue un perro paria, el último de la manada. Después de esta terrible infancia tuvo dos tiñas, problemas de cadera... y un carácter muy especial debido a que lo separaron muy pronto de su camada. Esto lo he sabido con el pasar de los años, estudiando y fijándome mucho en el comportamiento canino.
Jamás ha habido en mi casa, y mira que llevamos unos cuantos perros, pues eso jamás hemos tenido un perro más fiel, más guardián y más generoso. Y como siempre fué "el pobrecito Willie", fue el que mejor vivió: "uy, q hay visita, encierra a los perros.... menos a Guille," "uy, los obreros, a guardar a los perros, pero a Willie déjalo suelto"... uy qué calor, mete a Guille dentro con el aire acondicionado....
Cuando envejeció tanto q apenas podía andar.... le pusimos una rampa para q no tuviera q subir las escaleras... si llovía salíamos con él con paraguas... llegó a conocer a mi niño q entonces tenía sólo 3 meses. Yo le decía: Mira Guille, este es mi nene, y mi precioso perrito movía su rabito y le daba besitos....
Willie cruzó el puente del Arco Iris el 23 de Noviembre de 2004. Mejor dicho, yo decidí q ese era el día en q tenía q irse. No le dejé sufrir lo más mínimo... supe q había llegado el final y así fue. Jamás, jamás olvidaré cómo se despidió de mí... Le cogí esa cabeza tan preciosa para mí, mi pobre perrito q ya no se podía levantar y le dije "adiós mi amor, no sabes cuanto te quiero.... y me dió lametones en la nariz, como hacía siempre y sentí q me decía "no te preocupes amita.... nos volveremos a ver". Tenía 14 añazos... y era un cruce de pastor alemán con vete a saber qué. Pesaba casi 30 kg...
He tenido y tengo y tendré tantos perros.... pero mi Willie... mi precioso Guillermito....
Mi tristeza reside en que no está conmigo, en lo corta q se hace la vida de nuestros peludines. Mi alegría es la vida q tuvo, la q le dimos, la q se merecía. 14 años... se dice pronto.....
Siento q sea triste, pero siempre he pensado q mi perro cumplió su ciclo, q fue un perro con un comienzo duro e incierto, con una vida feliz, y con un final digno.
Está enterrado en el jardín de casa de mis padres, con un rosal encima de él. Y por supuesto, siempre presente en mi corazón.
Esther.
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